El principal canal de la BBC, BBC1, comenzará a emitirse simultáneamente por internet después del verano. Aunque esto técnicamente no supone ninguna novedad, pues muchas televisiones de todo el mundo están realizando ya sus emisiones también a través de la red, en el caso de la BBC pone en cuestión su modelo de financiación. Basado éste en el impuesto por tener un aparato de televisión en el domicilio, ¿cómo exigir que el canon lo pague alguien que, sin disponer de televisor, tiene un ordenador con el que puede hacer muchas más cosas que necesariamente ver emisiones televisivas?
Dado el cambio cultural y de hábitos que está suponiendo la progresión de internet y de la banda ancha, la BBC se está apresurando a extender la idea de que el canon afecta también a ordenadores y móviles, sobre los que en el Reino Unido no existe ningún canon tecnológico, como sí existe en otros países, por razones de derechos de autor. TV Licensing, el organismo que se ocupa de gestionar el impuesto, asegura que ya está imponiendo multas a personas que están viendo televisión por internet y que no pagan el canon.
El paso de BBC1 es calificado de realmente significativo por la industria televisiva británica, por lo simbólico que constituye en relación al futuro de la televisión y por las consecuencias prácticas que podría introducir en la financiación. «Esto, sin sombra de duda, parece ser el principio del fin del canon, que solo funciona si la gente se sienta ante un televisor. Una vez entramos en el reino de todo online, el canon es impracticable e inaplicable», ha señalado Philip Davies, portavoz del Partido Conservador en la comisión de Cultura y Medios del Parlamento. Como ha remarcado Davies, «los ordenadores son móviles, las personas se los llevan por ahí con ellas; esto es el principio del final de la televisión convencional y sin duda también del canon».
Por: Guillermo Tupper
Fuente: Alfa Redi
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