La comisión de legislación general del Senado de ese país aprobó el tratamiento de un proyecto de ley de “Remuneración por Copia Privada”, popularmente conocida como Canon Digital.
La ley Pichetto-Giustiniani asume que todo dispositivo digital (incluyendo CDs y DVDs vírgenes, discos rígidos, memorias USB, DVRs, reproductores MP3 y celulares) será utilizado para realizar copias privadas de obras protegidas por la ley de Propiedad Intelectual, y por ende les aplica un canon a los fabricantes que varía según cada dispositivo (desde 1% para los celulares hasta 75% para los CDs y DVDs). A cambio, “autoriza” a las personas físicas a realizar una única copia de uso individual y sin fines de lucro del tipo de obras alcanzado por la ley, un derecho que como apunta la Fundación Vía Libre, ya está garantizado por el art. 19 de la Constitución Argentina.
El dinero recaudado por este canon se repartirá entre distintas entidades de gestión colectiva, entre las que se encuentran SADAIC (autores y compositores), ARGENTORES (autores), AADI (intérpretes), SAGAI (actores intérpretes) y DAC (directores). Un gran porcentaje se lo llevará CAPIF, que a diferencia de las anteriores no es una entidad de gestión colectiva, sino una cámara empresaria que agrupa a las grandes compañías discográficas del país, y cuyos integrantes más importantes son EMI (presidencia), Sony Music (vicepresidencia), Warner (secretaría) y Universal (tesorería).
Este tipo de iniciativas no es nueva en la Argentina, por ejemplo desde hace muchos años existe el Fondo de Fomento Cinematográfico que se utiliza para financiar el INCAA, un ente estatal autárquico que en parte obtiene sus fondos del 10% de valor de las entradas de cine. De esta manera, el dinero que el público paga para ver los tanques de hollywood se utiliza para apoyar la producción de cientos de películas nacionales, entre ellas El Secreto de sus Ojos, ganadora del OSCAR en 2010.
Fuente: zonaindie.com.ar
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